Datos generales de Argentina
El nombre
Procede del latín "argentum", que significa plata. El origen de esta denominación se remonta a los viajes de los primeros conquistadores españoles al Río de la Plata. Los náufragos de la expedición de Juan Díaz de Solís encontraron en la región a indígenas que les regalaron objetos de plata y llevaron a España, hacia 1524, la noticia de la existencia de la Sierra del Plata, una montaña rica en aquel metal precioso. A partir de esa fecha los portugueses llamaron al río de Solís, Río de la Plata. Dos años después, los españoles utilizaron también esa denominación. La Constitución Nacional sancionada en 1853 incluyó el nombre de "República Argentina" entre los nombres oficiales para la designación del gobierno y territorio de la Nación.
Idioma
El idioma oficial de la República Argentina es el castellano (o español). También se habla Quechua (norte), Guaraní (litoral) y otras lenguas autóctonas.
Religión
La religión oficial es la Católica Apostólica Romana, aunque existe total libertad de culto. Se practican además el protestantismo, el judaísmo, el islamismo, la religión ortodoxa griega, la ortodoxa rusa y otras.
Fechas patrias más importantes
25 de Mayo de 1810. Se constituyó la Primera Junta de Gobierno Patrio. En el Cabildo de Buenos Aires.
9 de Julio de 1816. Se proclamó la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, en Tucumán.
Símbolos Patrios (Fuente: http://www.senado.gov.ar)
Bandera
Creada por Manuel Belgrano en 1812 durante la gesta por la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. El 20 de Julio de 1816 mediante Decreto se la adopta como Símbolo Patrio, y en 1938 el Congreso Nacional sanciona una ley en la que se fija como Día de la Bandera el 20 de Junio, aniversario de la muerte de su creador.
Compuesta por tres franjas proporcionales, dos azules celestes separadas por una franja blanca central que lleva un sol naciente de color amarillo oro, rodeado de 32 rayos: 16 rectos y 16 curvos alternados.
Las medidas de la Bandera Oficial son: 1,40 mts. de largo por 0,90 mts. de ancho.
1er. Decreto Oficial sobre la Bandera:
La consagración legal de la actitud tomada por Belgrano el 27 de febrero de 1812, correspondió al Congreso de Tucumán por iniciativa del diputado Juan José Paso. El Decreto, redactado y presentado por el diputado por Charcas, José M. Serrano, fue aprobado en la Sesión del 20 de julio de 1816 de la siguiente forma:
Elevadas las Provincias Unidas en Sud América al rango de una Nación después de la declaratoria solemne de su independencia, será su peculiar distintivo la bandera celeste y blanca que se ha usado hasta el presente y se usará en lo sucesivo exclusivamente en los Ejércitos, buques y fortalezas, en clase de Bandera menor, ínterin, decretada al término de las presentes discusiones la forma de gobierno más conveniente al territorio, se fijen conforme a ella los jeroglíficos de la Bandera nacional mayor.
Comuníquese a quienes corresponda para su publicación.
Francisco Narciso de Laprida, Presidente. Juan José Paso, Diputado Secretario.
(Fuente: Instituto Nacional Belgraniano)
25 de febrero de 1818
El Congreso de Tucumán (trasladado a Buenos Aires), a propuesta del diputado Chorroarín, aprobó como bandera de guerra la misma que ya se usaba, pero con el emblema incaico del sol en el centro.
Escudo
Representa la unión de las Provincias, simbolizando además la libertad y el nacimiento de una nueva Nación.
La Asamblea de 1813 comenzó a utilizar en sus documentos un sello estampado en lacre con el escudo, que fue aceptado por todos los gobiernos y pueblos de las Provincias Unidas del Río de la Plata. En 1944 el Poder Ejecutivo Nacional mediante el Decreto 10.302 logra dar uniformidad al Escudo, quedando conformado de la siguiente manera:
Es un escudo de forma oval cortado con su campo superior de azur (azul), y el inferior de plata (blanco) con dos antebrazos humanos estrechados que representan la unión de las Provincias, el gorro de gules (frigio) es el símbolo de la libertad que sostenido por la pica (lanza corta) identificado con la defensa. El sol naciente anuncia una nueva Nación, rodeado de los laureles del triunfo. La cinta con los colores patrios hace alusión a la Nacionalidad Argentina.
El nacimiento del Escudo Nacional no tiene fecha cierta pero se sabe que la Asamblea Constituyente del año 1813 encomendó al diputado por San Luis, Dn. Agustín Donado, para que llevara a cabo la materialización de un sello oficial destinado a legitimar las resoluciones de la Asamblea, en reemplazo del utilizado durante el gobierno virreinal.
La Asamblea aceptó oficialmente el sello el 12 de marzo de 1813 quedando instituido nuestro blasón y fijado el día 22 de febrero como "Día del Escudo Nacional".
También fue la Asamblea del Año XIII, la que por decreto del 13 de mayo de 1813 estableció que el Supremo Poder Ejecutivo debía utilizar el mismo escudo, con algunas variantes, para autorizar sus propios actos.
Himno Nacional
Aprobado por la Asamblea el 11 de mayo de 1813, fue compuesto por Vicente López y Planes y su música pertenece a Blas Parera.
En 1900, durante la Presidencia de Julio Argentino Roca se sanciona un Decreto disponiendo que en las fiestas oficiales, colegios y escuelas sólo se cantarán la primera y última cuarteta y el coro; con la intención de mantener la armonía en la convivencia con los españoles residentes en el país y con España.
Marcha Patriótica (Versión original) Letra: Vicente López y Planes Música: Blas Parera Coro Sean eternos los laureles que supimos conseguir: Coronados de gloria vivamos O juremos con gloria morir. Oid ¡mortales! el grito sagrado: ¡Libertad, libertad, libertad! Oid el ruido de rotas cadenas: Ved en trono a la noble Igualdad. Se levanta a la faz de la tierra Una nueva y gloriosa Nación: Coronada su sien de laureles Y a su planta rendido un León. Coro De los nuevos campeones los rostros Marte mismo parece animar; La grandeza se anida en sus pechos, A su marcha todo hacen temblar. Se conmueven del Inca las tumbas Y en sus huesos revive el ardor, Lo que ve renovando a sus hijos De la Patria el antiguo esplendor. Coro Pero sierras y muros se sienten Retumbar con horrible fragor: Todo el país se conturba con gritos de venganza, de guerra y furor. En los fieros tiranos la envidia Escupió su pestífera hiel Su estandarte sangriento levantan Provocando a la lid más cruel. Coro ¿No los veis sobre Méjico y Quito Arrojarse con saña tenaz? ¿Y cual lloran bañados en sangre Potosí, Cochabamba y la Paz? ¿No los veis sobre el triste Caracas Luto y llanto y muerte esparcir? ¿No los veis devorando cual fieras todo pueblo que logran rendir? Coro A vosotros se atreve ¡Argentinos! El orgullo del vil invasor, Vuestros campos ya pisa contando Tantas glorias hollar vencedor. Mas los bravos que unidos juraron Su feliz libertad sostener. A esos tigres sedientos de sangre Fuertes pechos sabrán oponer. Coro El valiente argentino a las armas Corre ardiendo con brío y valor, El clarín de la guerra cual trueno En los campos del Sud resonó; Buenos Aires se pone a la frente De los pueblos de la ínclita Unión, Y con brazos robustos desgarran Al ibérico altivo León. Coro San José, San Lorenzo, Suipacha, Ambas Piedras, Salta y Tucumán, La Colonia y las mismas murallas Del tirano en la Banda Oriental; Son letreros eternos que dicen: "Aquí el brazo argentino triunfó." "Aquí el fiero opresor de la patria Su cerviz orgullosa dobló." Coro La victoria al guerrero argentino Con sus alas brillantes cubrió, Y azorado a su vista el tirano Con infamia a la fuga se dio; Sus banderas, sus armas se rinden Por trofeos a la Libertad. Y sobre alas de gloria alza el pueblo Trono digno a su gran majestad. Coro Desde un polo hasta el otro resuena De la fama el sonoro clarín. Y de América el nombre enseñado, Les repite ¡mortales! Oíd: ¡Ya su trono dignísimo abrieron las Provincias Unidas del Sud! Y los libres del mundo responden: ¡Al Gran Pueblo Argentino, Salud! | Himno Nacional Argentino (Versión que se canta actualmente) Letra: Vicente López y Planes Música: Blas Parera Oid Mortales, el grito sagrado: ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Oid el ruido de rotas cadenas: ved del trono a la noble Igualdad! Ya su trono dignísimo abrieron las Provincias Unidas del Sud, y los libres del mundo responden ¡Al gran Pueblo Argentino salud! Coro Sean eternos los laureles que supimos conseguir: coronados de gloria vivamos o juremos con gloria morir. |
Escarapela
Cinta con los colores patrios que hace alusión a la nacionalidad Argentina.
El 25 de mayo de 1810 se usaron por primera vez los colores patrios en la Escarapela. En 1812 el Triunvirato hizo saber al Jefe del Ejército Mayor que las tropas deberían reconocer y usar la Escarapela Nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata con los colores celeste y blanco, quedando abolida la roja que hasta ese momento se usaba.
En 1935 el Consejo Nacional de Educación proclamó como Día de la Escarapela el 18 de may
Pájaro Nacional
Hornero. Proclamado por unanimidad en 1927. Se encuentra en casi todo el territorio nacional. Hace su nido de barro en los postes de alambrados, de tendido eléctrico y cualquier saliente propicia. Mide unos 20 cm, es de color pardo y tiene el vientre un poco más claro. La hembra es un poco más pequeña. Es muy sociable y habita tanto en el campo como en zonas pobladas. leyenda:
EL Hornero es un pajarito que arma su nido, por lo general, en la cercanía de los humanos, el nido tiene dos compartimentos, en el cual el más protegido es el de la hembra. Se dice que romper nido de horneros atrae a la tormenta. Cuando llueve se pasea por el nido, alborozado, dejando sus huellas.
Esta leyenda, de origen, nos cuenta que Jahé, hijo único de su padre, salió a cazar un carpincho, luego de una larga jornada, el cansancio lo hizo dormirse a orillas del río. Al despertar vio salir de las aguas a una hermosa joven y quedó totalmente enamorado, para poder pretender a la joven debía someterse a una prueba como el resto de los jóvenes: se envolvían en cueros mojados de animales (retobar) que a medida que se secaban iban achicharrando a los muchachos. Al final sólo quedaron 2: Jahé y Aguará. Cuando Aguará pidió que lo sacaran, todos acudieron a ayudarlo y por unos segundos se olvidaron de Jahé. Al ir a aflojar su tortura, vieron que de adentro del cuero salía un pajarito pequeño, esta avecita hizo su nido con paja y barro y que la joven de la cual Jahé se enamoró, se convirtió en pájaro y fue su compañera.
Flor y Arbol Nacional
El Ceibo. Pertenece a las familias de las leguminosas. Su nombre científico es Erythrina Cristagalli (tambien llamada Ceibo, Ceibo Macho, Chopo o Suinandí). Puede alcanzar los 20 metros de altura y uno de diámetro en el tronco. Se la festeja los 22 de noviembre.
Decreto por el cual se establece al Ceibo como Flor Nacional (N° 138474/42 )
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El Poder Ejecutivo Nacional,
Buenos Aires, diciembre 2 de 1942
Visto el informe presentado por la comisión especial designada por el Ministerio de Agricultura para proponer la flor que pudiera ser consagrada Flor Nacional Argentina y de cuyas actuaciones se desprende:
a) Que la flor del ceibo ha merecido la preferencia de gran número de habitantes de distintas zonas del país, en las diversas encuestas populares promovidas por órganos del periodismo y entidades culturales y científicas,
b) que estas circunstancias han determinado el conocimiento de la flor del ceibo en casi todos los países de Europa y América, donde ya figura, en virtud de dichos antecedentes, como representante floral de la República Argentina,
c) que la flor del ceibo, cuya difusión abarca extensas zonas del país, ha sido evocada en leyendas aborígenes y cantada por poetas, sirviendo también de motivo para trozos musicales que han enriquecido nuestro folklore, con expresiones artísticas de hondo arraigo popular y típicamente autóctonas.
d) que el color del ceibo figura entre los que ostenta nuestro escudo, expresión de argentinidad y emblema de nuestra patria.
e) que además de poseer el árbol del ceibo, por su madera, aplicaciones industriales, su extraordinaria resistencia al medio y su fácil multiplicación han contribuido a la formación geológica del delta mesopotámico, orgullo del país y admiración del mundo.
f) que diversas instituciones oficiales, civiles y militares, han establecido la plantación del ceibo al pie del mástil que sustenta nuestra bandera, asignándole así un carácter simbólico y tradicionalista,
g) que por otra parte no existe en la República una flor que encierre características botánicas, fitogeográficas, artísticas o históricas que hayan merecido la unanimidad de las opiniones para asignarle jerarquía de flor nacional, por lo que las predilecciones, como se ha puesto de manifiesto en las encuestas y concursos llevados a cabo,
h) que además no existe la posibilidad de que una determinada planta abarque sin solución de continuidad toda la extensión del país por la diversidad de sus condiciones climáticas y ecológicas,
i) que la opinión de la mayoría de los miembros de la mencionada comisión especial, después de analizar en sus distintos aspectos la cuestión, se ha pronunciado en el sentido de que sea el ceibo el exponente floral de la República Argentina.
Por todo ello,
El Presidente de la Nación Argentina, en acuerdo general de ministros,
DECRETA :
Art.1°. - Declárese Flor Nacional Argentina la Flor del Ceibo.
Art.2°. - El Ministerio de Agricultura adoptará las medidas necesarias para que en los locales de la primera Exposición Forestal Argentina a inaugurarse el 24 del corriente mes en esta capital, estén representados el árbol y la flor del ceibo.
Art.3°. - Comuníquese, archívese y dese a conocer.
DECRETO N° 138474/42
La Comisión, que realizó los estudios pertinentes sobre los diversos antecedentes y proposiciones presentadas a consideración de la misma, estuvo presidida por el doctor Ricardo Helman, oficial mayor del Ministerio de Agricultura, integrándola, además, como vocales, los señores : profesor José F. Molfico e Ing. Agr. Franco E. Devoto, por el Ministerio de Agricultura; Dr. Carlos Obligado, por la Facultad de Filosofía y Letras; Ing. Agr. Emilio A. Coni, por la Academia de la Historia; Ing. Agr. Lorenzo R. Parodi, en representación del Museo de La Plata; Ing. Agr. Arturo Burkart, por el Instituto Darwinion; Dr. Horacio C. Descole, por el Instituto Lillo (Tucumán), e Ing. Agr. Alberto V. Oitavén.---------------------------------------------------------------------------------------------
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deporte nacional : el pato
El vencedor echa a correr y los del bando contrario lo siguen y lo rodean hasta tomarlo de alguna de las manijas, tiran del mismo modo, quedando al fin vencedora la cuadrilla que llego con el pato al punto señalado".
El jesuita Diego de Torres Bello S.J. escribía una primera misiva a sus Superiores, el 16 de junio de 1610 contando que, en todas las ciudades del Río de la Plata, se había celebrado con actos religiosos, sociales y culturales la beatificación del fundador de la Compañía de Jesús, San Ignacio de Loyola. Y que en Buenos Aires, "hizo su oficio la artillería y mosquetería, y salieron algunos con intenciones de regocijo a correr patos delante de nuestra iglesia". "Dos grupos de jinetes corrieron patos delante de nuestra Iglesia (fue en medio de lo que hoy es la Plaza de Mayo). A todos causo admiración verlos así a ellos, como a los caballos que parecían incansables corriendo con tanta incomodidad
La segunda misiva enviada, del 4 de Abril de 1611, llama mucho la atención, como que los participantes fueron dos tribus indias y por cierto que los españoles, con toda lógica, no les facilitaban caballos ni les permitían montar dado que eran unas de sus principales armas de conquista y guerra. Sin embargo, consigna que " Padres procedentes de Córdoba estimularon con premios a indios del valle calchaquí para que tiraran flechas a la sortija y corrieran patos". Los locales, calchaquíes, vencieron a los visitantes, Huachipas. No se refiere en nada en lo que hace al juego y su desarrollo. Su lectura hace suponer que perseguían patos vivos que disparaban por las calles de Bs. As. y por los valles. (Hay copias de las cartas en el colegio Del Salvador).
Ni los españoles introdujeron este bravío deporte, ni lo hallaron practicado entre los indígenas. Lo primero es evidente, pues era un deporte desconocido entonces, y aun ahora, en España, y no pudo provenir de los naturales, pues éstos no conocieron el caballo, el que fue importado por los españoles en la primera mitad del siglo XVI. Parecería que se trata de un juego criollo, elaborado y planeado por los conquistadores mismos, o por sus inmediatos descendientes.
Don Pedro de Mendoza fue el introductor del caballo en el año 1536 por estas tierras, aunque su descendencia (las manadas) fueron producto de los pocos que abandonó (hablan de cinco yeguas y siete padrillos) en 1541, Don Irala al abandonar Buenos Aires. Estos se acrecentaron hasta el infinito junto con los que trajo el increíble Cabeza de Vaca (ahora por estos pagos del Sur) en su marcha desde la costa brasileña hasta el Paraguay. Y en ese mismo año de 1542, por Diego de Rojas y en 1550, por Nuñez del Prado, ambos en sus incursiones por el norte de nuestro país.
Juan de Garay, hacia 1581, estimaba en 80.000 animales los caballos que vagaban salvajes (cimarrones) en un perímetro de 30 leguas de Buenos Aires. Catorce años después, 1595, cuando el rey solicitó al gobernador del Río de la Plata, Valdés de la Banda, un informe sobre la caballada que habitaba "la pampa", este contesta así: "Digo que D. Pedro Mendoza que fue el primer poblador de esta ciudad y puerto, trajo aquí caballos y yeguas que se quedaron en la campaña de esta tierra que es muy ancha y larga y en mas de 80 leguas no se halla una tan sola piedra, teniendo en mas de 100 leguas a la redonda tanta cantidad de yeguas y caballos que parecen montes cuando se ven de lejos y son tantos en numero que exceden a aquel gran numero que dicen los historias que había en las dehesas de la provincia de Media que se servían los reyes de Persia..." Bueno, bueno, algo exagerado, sin duda. Pero esto es el origen de sus millones de descendientes y promotores de la gran revolución del modo de vivir de todos los habitantes autóctonos y de quienes les siguieron. Y donde había y hay caballos existen estos juegos, estas destrezas, los deportes hípicos.
Una descripción mas detalladas, es la de Amadeo Frezier (Francés, 1682 – 1773) , un militar ingeniero especializado en fortificaciones, que durante algo mas de 2 años navegó " los mares del Sur". Corría 1712 y escribe en su libro, editado en 1716: " Fui testigo de una fiesta que los encomenderos de dos españoles que se llamaban Pedro se dieron el día del santo de sus amos en una aldea de Talcahuano, cerca de la cual estábamos anclados. Después de oír misa montaron a caballo para correr la gallina, como se corre la oca en Francia, con unas diferencias: que todos se arrojaban sobre el que ha obtenido la cabeza para quitársela y llevársela ante aquel en honor del cual hacen la fiesta; corriendo a todo galope se topaban para quitársela y a la carrera recogía del suelo todo lo que derribaban por tierra. Después de esta carrera se apearon para la comida".
El novelista argentino William Henry Hudson (1841 – 1922) en su difundido libro "EL Ombú" expresa que "El Pato era el entretenimiento más popular practicado al aire libre en la Argentina".
Con el transcurso de los años, "El Pato", fue practicado y también prohibido por la autoridades religiosas y civiles por el alto nivel de peligrosidad y las consecuencias fatales que traía aparejado el hecho de querer llegar a cualquier precio con el pato al punto señalado.
La primera prohibición al juego que se tiene noticia, es del 23 de febrero de 1739, cuando así se dispuso en Santiago del Estero con el siguiente texto: "pues es demasía y atropello jugar pato en medio de la ciudad".
El RP. Salbaire, que escribió la "Historia de Nuestra Señora de Luján", consigna un documento de 1796, del Sacristán mayor de la Parroquia, Gabriel José Maqueda, que amonesta y ordena a los feligreses que se abstengan del juego del pato, "combinándolos con la excomunión" si no lo hicieren.
Pero su prohibición real y concreta fue por el decreto del 21 de Junio de 1822 del gobernador de Bs. As. D. Martín Rodríguez, refrendado por su ministro secretario de relaciones Exteriores y Gobierno, D. Bernardino Rivadavia y que expresaba: "Todo el que se encuentre en este juego, por la primera vez será destinado por un mes a los trabajos públicos; por dos meses en la segunda, y por seis en la tercera". Además, " quedaran sujetos a la indemnización de los daños que causaren". La policía, los alcaldes y los jueces de campaña eran los encargados de hacer cumplir la prohibición.
Dicen que Rosas lo ratificó, pero todo parece indicar tan que solo se limitó a hacerlo cumplir y a su estricta manera. Luego estuvo la ordenanza policial mencionada.
Pero ya en la época de Juan Manuel de Rosas el Pato era casi inexistente. Mitre escribió "sus Odas" durante el sitio de Montevideo, cuando tenia entre 18 y 20 años y recién las editó a los 33 años, en 1854. Y en su composición denominada "El Pato" dice en una nota: " El juego del pato no existe ya en nuestras costumbres, es ya una reminiscencia lejana. Prohibido severamente por las desgracias personales a que daba motivo, el pueblo lo ha dejado poco a poco, sin olvidarlo del todo".
Pese a la prohibición algunos personajes de la época resaltaban sus cualidades por requerir ciertamente varones fuertes y vigoroso, capaces de tolerar los más terribles empujones y las más extremosas tensiones musculares. Mitre lo indicó en una de sus Rimas:
del hombre de la pampa
que marca las costumbres
de un pueblo varonil!
Para avispar los nervios
para tender los músculos
como el convulso joven
en el dolor febril.
Sin duda "El Pato" fue el entretenimiento más popular practicado al aire libre en la República Argentina.
Refiriéndose a un relato del juego y a los guasos u hombres del campo, el escritor José de Espinoza, nos informa que para jugar una partida de Pato "se junta una cuadrilla de estos guasos, que todos son jinetes más allá de lo creíble; uno de ellos lleva un cuero con argollas, y el brazo levantado; parte como un rayo llevando 150 varas de ventaja, y a una seña, él y todos corren a mata-caballo, formando grita como los moros: todos persiguen al pato y pugnan por quitarle la presa; son diestrísimas las evoluciones que éste hace para que no lo logren, ya siguiendo una carrera recta, ya volviendo a la izquierda, ya rompiendo por medio de los que siguen, hasta que alguno, o más diestro o más feliz, lo despoja del pato, para lo que no es permitido que lo tomen del brazo. En este momento todos vitorean y le llevan entre los aplausos, alaridos y zamba al rancho suyo, al que frecuenta, o bien al de la dama que pretende. Reinan todavía entre estas gentes muchos restos de la antigua gallardía española".
Roberto Torreiro ha escrito en Pampa Argentina que, "cuando en pleno siglo veinte ya nadie se acordaba de la antigua existencia del juego del Pato, el 16 de abril de 1937, por iniciativa del entonces jefe de guardia de seguridad de la ciudad de La Plata, don Alberto del Castillo Pose, secundado en su acción por un calificado grupo de deportistas, se llevaba a cabo una exhibición del referido deporte, cuyo término y debido al entusiasmo despertado entre los presentes, se decidió auspiciar la difusión práctica del Pato, propendiendo a la formación de equipos dentro de las entidades afines a los deportes hípicos, e incitando a la constitución de instituciones que originariamente se dediquen a la práctica del deporte. Ese paso inicial, se constituía en el primer éxito logrado por el más criollo de nuestro juegos".
Alberto Castillo Posse, reglamentó el deporte (se utilizó una pelota de cuero con cuatro manijas), cuya obra culminó oficialmente cuando e1 31 de marzo de 1938 tras los ensayos producidos se solicito al ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, Don Roberto Noble, que se derogara el articulo Nº l043 del reglamento de Policía de la Provincia de Buenos Aires (de 1889), que prohibía la practica del juego.
El entonces gobernador, Manuel Fresco accedió a ello y lo concreto mediante un decreto del 28 de abril de 1938 y dice entre sus considerandos: "En la actualidad los deportes están sujetos a las disciplinas que imponen sus reglamentaciones y dicho juego, en la forma en que se practica en la actualidad, es un deporte sano y vigoroso, similar al polo"
¿Qué quiere decir eso de sujeto a disciplinas, reglamentaciones?. Precisamente eso, expresado literalmente, como que antes de 1937 no había reglamentación alguna, aunque si modalidades. Todo era valido, tan valido, bárbaro desordenado, brutal y peligroso que debió ser prohibido mas de una vez hasta que ya antes de promediar el siglo último paso prácticamente a olvido, a ser solo un recuerdo de tradiciones transmitidas de boca en boca en los fogones, entre los paisanos.
El 23 de agosto de 1938, el diario La Nación comentó la primera exhibición pública del Pato, efectuada el día anterior en la cancha de la Asociación Ameghino, en las proximidades del puente Cabildante Léxica, en la ciudad de Luján. Asistieron el Gobernador de la provincia de Buenos Aires, Manuel Fresco; el Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Juan G. Kaiser y el Ministro de Obras Públicas de la provincia, José María Bustillo, además de muchos otros invitados especiales.
En el año 1941 se crea la Federación Argentina de Pato (FAP). Asociación integrada por los campos en que se practica este deporte y tiene por finalidad fomentar, dirigir, y difundir el juego de "El Pato", organizar los torneos y velar por la aplicación de los reglamentos, a la vez que orientar y promover la crianza del tipo de caballo mas apto para este propósito.
En agosto de 1943, llegó a General Las Heras un comisario - Sigfrido J. Imaz - a quien los pateros de ese entonces y de la actualidad le deben un profundo recuerdo. Montando un caballo colorado y con una pelota de fútbol con manijas atada con tientos a la montura, la gente trataba de descifrar de que se trataba.
Imaz, haciendo una exhibición en la playa de la estación de tren, la tiró al suelo y levantándola empezó a entusiasmar a toda la gente hasta lograr su cometido.
El 28 de noviembre de 1943, se funda en este partido, con la Presidencia del Comisario Imaz, la Institución denominada "Campo de Pato de General Las Heras", cuyos fines "fueron, son y serán los de fomentar el criollo juego del pato y cultivar los sentimientos tradicionalistas de nuestra Patria".
En el año 1944, el "Campo de Pato de General Las Heras", se afilia a la Federación Argentina de Pato y siendo los primeros equipos herenses "General Las Heras A" y "General Las Heras B".
En el año 1953, en mérito a sus tradiciones y arraigo, se lo declaró "Deporte Nacional" (Decreto Nº 17.468, del 16 de septiembre de 1953, firmado por el Presidente de la Nación, Gral. Juan Domingo Perón). Y a fines del siglo pasado se nombra a General Las Heras "Capital del Pato", el deporte más criollo de todos los tiempos.
El juego actual:
Recio y veloz, este juego que exige a quienes lo practican un alto grado de cultura deportiva y el cumplimiento estricto de sus reglas, se desarrolla entre equipos compuestos por cuatro jugadores cada uno que, mediante pases y combinaciones con las que eluden la acción de sus adversarios, tratan de introducir "El Pato" a través de un aro de un metro de diámetro ubicado, perpendicularmente sobre un poste de 2,40 metros de altura, enclavado en el centro de cada una de las dos cabeceras de la cancha, que mide entre 180 y 220 metros de largo por entre 80 y 90 metros de ancho.
"El Pato" consiste en una pelota de cuero con cámara de goma circundada por tres lonjas de cuero crudo cruzadas transversalmente, en cada una de las cuales van cosidas dos manijas o asas colocadas simétricamente. Es obligatorio que el jugador que tiene "El Pato" lo ofrezca a los adversarios con el brazo derecho extendido perpendicularmente a su cuerpo.
Cualquier movimiento que el jugador haga para impedir que el adversario tome una de las manijas constituye una "negada", acto que el reglamento prohíbe y sanciona, salvo que tenga por fin efectuar pase o tratar de convertir un tanto. Si un adversario logra tomar "El Pato" se origina una "cinchada", que debe efectuarse sin que ninguno de los dos jinetes se apoye en la silla o en su cabalgadura, es decir, "a pura rienda".
La Federación posee el "Campo Argentino de Pato", en Campo de Mayo, a 30 km. de la Capital Federal, sobre la ruta nacional Nº 8, en el que se realizan importantes torneos de baja, media y alta ventaja que culminan con el Campeonato Argentino Abierto, máximo acontecimiento de este deporte que tiene lugar en el "Campo Argentino de Polo", en Palermo, magnífico escenario reconocido como el mejor del mundo.
El Campo Argentino de Pato cuenta con una superficie de 20 hectáreas y posee dos canchas reglamentarias - una de ellas con tribuna techada - provista de sistema de riego por aspersión y ubicadas en medio de una añosa arboleda.
Tiene instalaciones complementarias suficientes tanto para albergar en forma simultánea 100 caballos aproximadamente, con sus correspondientes corrales, bañaderos, embarcaderos. palenques, etc., como para la atención de jugadores y público.
Rubén Liborio Cosentino jugador de Pato desde los 16 años, dice: "Debemos hacer olvidar el aspecto folclórico del Pato. Nunca repudiar sus orígenes gauchos, camperos, totalmente argentinos. Pero no hace falta vestirse de tales para jugarlo. Hoy es un deporte como otros. Para jugar al polo no es necesario ponerse ropa de mandarin " si es que se origino China, o de rajah indio, si es que nació allí. Para jugar pato no hace falta vestirse de gaucho".
Piedra Nacional
Rodocrosita. Es una piedra de origen volcánico, la cual se encuentra en las Sierras Capillitas, Provincia de Catamarca a más de 3000 m. de altura. Llamada también Rosa del Inca o Piedra del Inca.
Como se trata de un Carbonato de Manganeso, es este último el que determina ese fuerte color rosado o púrpura, que se va aclarando a medida que en su composición se ve reemplazado el Manganeso (Mn) por otros componentes. Su nombre proviene de dos vocablos griegos, a raiz de su color, rodo - rosa y crosita - color.